Quien iba a pensar que todavía nos ibamos a poner a jugar monopoly, pero así fue, fue una tarde que bien pareciera tarde de infancia cuando se iba la luz, con cartas y juegos de mesa, solo que ese aire infantil se veia corrompido por las clásicas caguamas y el humo de cigarro. Ahi estabamos con el perrito, el carro, la carreta y el zapato tirando dados intentando llenarnos de propiedades y juntando dinero falso, hasta que Marina se aburrió (aunque en realidad creo que no tenía la mas mínima idea de lo que trataba el juego) y tuvimos que dejar a medias nuestro plan para hacernos millonetas.
Siguiendo eso de recordar juegos de cuando niño se armó el maratón de Nintendo en casa del Iker, desde las 12.00 hasta las 6.00 tratando de mantener tu puesto en los cuatro controles, batallando por ganar en el MarioKart, o peleando por tu vida en el Smash, seis horas seguidas sin hacer nada mas que gritar vulgaridades cada vez que alguien era alcanzado por una tortuga asesina, ni siquiera comimos, había olvidado lo hipnotizante que es estar frente a esa máquina.

Sugiero: "street spirit" -radiohead-