Siempre he creído que soy muy capaz de hacer todo, a veces caigo en el grave error de creer que mis acciones siempre son las correctas y que cargo con la verdad acerca de como hacer las cosas. Entiendo que no está bien y que muchas veces logro sacar a mucha gente de quicio por lo mismo. Ahora que el problema viene cuando sobre mis acciones recaen cosas importantes, acciones que no logro llevar a cabo optimamente.
Asi es el caso de el dia de hoy. Tenemos que hacer una cirugía por semana, nos vamos rotando de puestos, cada uno va desempeñando papeles diferentes. El más pesado, creo yo, es el de cirujano, eso sobre quien cae el peso de que todo salga bien, de que la calificación obtenida sea la mejor. Esta semana soy cirujano.
Esplenectomía, entras a cavidad, buscas el bazo, lo cortas, haces nudos, cierras todo, y listo. Suena fácil. Ahí me tienen cortando mal, creando hemorragias de la nada, haciendo nudos que se desanudan, cayendo en el grave error de ponerme en un estado gruñón, de dar órdenes infundadas, y no responder amablemente a sugerencias en beneficio de la cirugía. Se suponía que todo me iba a salir bien, al menos eso creía mi mente engreída. Al último todo salió, no digamos bien, pero salió. Hubo que pedir unas cuantas disculpas por mi actitud, luego llegó el momento de reflexionar un poco, entender que no siempre estas bien, que hay que ser humilde, aprender a contar hasta 10 cuando uno pierde el control, tratar bien a todo mundo, y crecer.
Dicen en mi casa que son dosis de humildad, para que te topes con ellas y veas las cosas desde otro angulo.

sugiero: "la dosis perfecta" -panteón rococó-